El chisme de pasillo: termita del mundo laboral.

Two coworkers Staring and Gossiping About Their Male Colleague at the office

En el dinámico escenario de la vida en el trabajo, el chisme se cierne como una sombra oscura sobre la moral y la eficiencia o en término de plagas, como una termita que carcome la confianza del equipo. Aquí te presentamos tips de supervivencia para transitar por el laberinto de murmullos y salir ileso del otro lado.

El chisme, esa tentadora fruta envenenada que nos susurra al oído promesas de entretenimiento y camaradería, puede ser tan adictivo como la harina o los dulces. Sin embargo, el exceso de este conlleva consecuencias negativas para nuestra salud mental y la cohesión del equipo.

Como bien lo aconseja el escritor José Saramago “Las palabras no son inocentes ni impunes, por eso hay que tener muchísimo cuidado con ellas, porque si no las respetamos, no nos respetamos a nosotros mismos”. Entonces, la próxima vez que estés a punto de compartir esa jugosa información, para y reflexiona sobre las palabras que estás a punto de lanzar al mundo. ¿Realmente contribuyen al bienestar del equipo o solo alimentan el fuego de la discordia?

En vez de contribuir al desarrollo del chisme, promueve una cultura organizacional basada en la transparencia y la confianza. Establece canales de comunicación directa y fomenta un entorno donde las inquietudes se aborden abiertamente, en lugar de propagarse a través de rumores en los pasillos.

En síntesis, el chisme puede representar un peligro latente que afecta tanto la moral como la productividad de tu equipo. Una sugerencia es utilizar el tamizaje socrático “Si lo que el otro quiere contarte no es verdadero, ni bueno, ni útil, entonces es mejor que se lo guarde para sí”

¡Que la comunicación sea contigo, pero sin chismes!

Gabriela Larrea M.

Coordinadora Capital Humano